Residencia familiar en Noreña
Descubre cómo es el proceso de adaptación en nuestra residencia familiar en Noreña
Cambiar de vida nunca es fácil y menos cuanto más mayores somos, por eso en nuestra residencia familiar en Noreña contamos con un protocolo de acogida orientado a hacer más llevadero el proceso de adaptación.
Somos conscientes de lo duro que resulta para los usuarios comenzar de nuevo, sobre todo cuando la decisión no ha sido voluntaria. Están en un entorno diferente al que están acostumbrados, lejos de su hogar, en una habitación que no es la suya, con gente desconocida... A cualquiera le costaría empezar.
¿Cómo facilitamos la adaptación a nuestra residencia familiar?
Siempre que sea posible, tratamos de que el usuario nos visite con su familia antes de realizar el ingreso. En esta primera toma de contacto mantenemos una pequeña entrevista con él, durante la que intentamos que tome conciencia de las ventajas que supone vivir en una residencia para mayores. También le mostramos las instalaciones.
Una vez que se produce el ingreso en nuestro centro geriátrico, todo el personal del centro está pendiente de comprobar cómo evoluciona la adaptación del usuario. Las rutinas del centro se van introduciendo poco a poco, para que el residente las pueda ir asimilando.
Con el paso de las semanas, lo normal es que se empiecen a establecer vínculos con los cuidadores y también con el resto de usuarios de la residencia de ancianos. Para favorecerlos, desde Santa Patricia promovemos la participación en las actividades grupales que organizamos cada día.
El período de adaptación suele durar unos tres meses y durante todo este tiempo todo nuestro equipo vigila de cerca el estado de ánimo de los nuevos usuarios de esta residencia familiar en Noreña.
Para que el proceso sea lo más rápido y llevadero posible, es muy importante contar con la colaboración de los familiares y amigos. Recibir la visita de caras conocidas es una motivación extra para seguir adelante en esta nueva etapa.